Las ardillas juegan a las escondidas, se pierden y reencuentran una y otra vez.
Esconden sus semillas, de qué, de quién, no lo sé; obsesionadas recolectan sin parar.
Ser olvidadiza puede ser un inconveniente. ¿Dónde quedaron las semillas?
Ha brotado un bosque.
Transfer y grabado sobre papel amate y papel aldodón,
corteza de alcornoque, aguja de pino,
papel amate y de crisantemo
2014