sábado, 3 de marzo de 2012

Cantos, juegos y momentos irrisorios


Cantos juegos y momentos irrisorios es una exploración de mí misma  a través de la representación de varios personajes, describe la búsqueda de las personalidades que habitan en mí, el acto se realiza en el baño simbolizando mi intimidad expuesta y ahí mis personajes aparecen con sus respectivos atuendos actuando como si se tratara de un circo, mi propio espectáculo.

Nada es tan profundo como el adorno, nada va más lejos de la piel, el ornamento tiene las dimensiones del mundo. Cósmico y cosmético, la apariencia y la esencia salen de una misma fuente.
Michel Serres “Los Cinco Sentidos



Las aves ríen y parlotean
Juegan a contar secretos
y entre ellos mentiras


Las palabras picoteadas
revisten aquella ave desplumada
 que no vuela y se ríe de sí misma




Rascoteando en sus entrañas se mira al espejo
busca responder a quién busca,
no lo entiende, para qué, qué sentido tendría saberlo…


Mientras tanto exhibe su trastornada vanidad
en ella encuentraun refugio temporalmente confiable.


La conciencia desaparece


se reencuentra con ella misma


en un mundo distorsionado, torcido,
a veces tan irreal y maquillado,
a veces tan familiar y común,



 



allí se encuentra con  la cuentacuentos,
la saltimbanqui, el león, la ramera,
 la acróbata, la actriz burlesque…  




narciso fetichista






 poco a poco va hilvanando pedacitos de locura, 
pedacitos de ternura,
pedacitos de dolor,








los mezcla con bálsamo de luciérnaga  
agrega miel
y lo bebe dentro de una planta jarro










junto con desdén,  ira y arrogancia


la risa desbordada exige al espectáculo,


 no se puede detener, los impulsos la sobrepasan


la intimidad con los objetos,
fetiches de placer
sustitutos de la carne, del contacto.


Actúa apara ellos 
se transforma una y otra vez.
Aparecen y desaparecen sus adentros
expuestos a la provocación


¡Más! grita el espectáculo, ¡más!

El león con plumas canta un sinsentido


La manada de leones canta los sinsentidos



La provocación continúa
Sueños, fantasías y milagros eternos


el canto penetra
los sollozos perforan
Y  la risa estalla la cabeza




el alma quema, hierve,
derrite el cuerpo aun presente
tan presente,
no es el quien se muestra,
no es el quien juzga.



hundirse en el sentido de la carne,
romperla hasta hacerla sangrar
y aun así sentir el placer del gozo, de la risa del canto, del juego,
el límite del espectáculo,



el acto nunca será perfecto, la voz siempre te gritará ¡más!




Impotencia y frustración



Cuerpo atroz
inundado y deseoso
siempre impaciente mi cuerpo,



tu cuerpo,
los cuerpos son impredecibles y caprichosos,



a veces asemejan montañas en medio de la nada, bien plantadas


y aun así su ligereza de espíritu increíble ha permitido
que el ave sin plumas desquiciada esté volando ya. 


miércoles, 15 de febrero de 2012

Postoperatorio

El proyecto que presentamos Juan Carlos Bermúdez y yo dentro del marco de la convocatoria para intervenir la Clínica Regina, parte inicialmente de un texto de Emil Ciorán (1911 – 1995) que se puede encontrar en La caída en el tiempo[1]. Se trata de Sobre la enfermedad, donde, siguiendo el pesimismo cínico que lo caracteriza, desarrolla la idea de la enfermedad como un estado de revelación. No se pretende hacer una exaltación a las ideas del autor de origen rumano, quien se puede considerar en el límite de lo estrictamente literario, pero que tampoco se puede incluir totalmente en el ámbito de lo filosófico. Y quizá esto no importa, ya que consideramos que la filosofía se nutre de las revelaciones literarias, y, a su vez, no se puede disociar del oficio de escribir la aventura de amar el conocimiento.


[1] Ciorán, E.M. La caída en el tiempo. Ed . Tusquets, Barcelona, 1998. Pags. 107-122


La idea de la enfermedad y la relación que esta tiene con el cuerpo nos parece pertinente al tratarse de una clínica el espacio que se va a intervenir. Evitamos el utilizar como recurso la explotación del morbo, tratando de crear las alusiones necesarias para que el espectador recomponga el sentido en la lectura. En la pieza se teje lo visual, lo acústico y la referencia literaria, tramando la idea de texto como el resultado de la experiencia de leer diferentes medios. La presencia de la palabra como sonido sugerente que se multiplica y resuena en el espacio, como variedad que establece el tono femenino sumado al masculino, como contraste entre la claridad de ciertos fragmentos y la manipulación de la palabra llevada hasta el ruido, son elementos que planteamos para empujar a la re[de]construcción en la lectura de la pieza.

“Cualesquiera que sean sus méritos, un hombre saludable decepciona siempre. Imposible acordarle crédito a sus dichos, imposible ver en ellos más que pretextos o acrobacias. No posee la experiencia de lo terrible que es la única que le confiere un cierto espesor a nuestros actos; y tampoco posee la imaginación de la desgracia sin la cual nadie podría comunicarse con esos seres separados que son los enfermos. También es cierto que si la poseyera, dejaría de ser saludable. No teniendo nada que transmitir, neutro hasta la abdicación, se hunde en la salud, estado de perfección insignificante, de impermeabilidad a la muerte y a todo lo demás, de falta de atención hacia sí mismo y hacia el mundo. Mientras sea un hombre sano se parecerá a los objetos; en cuanto deje de estarlo, se abrirá a todo y todo lo sabrá: omnisciencia del temor.”[1]


[1] Op. Cit.